"Pierdes el 100% de las oportunidades que no tomas"
Wayne Gretzky
Escrito por: David López Todos queremos sonar bien. Nadie en esta profesión quiere sonar mal cuando está en un escenario. Sin embargo, muchas veces no hacemos lo necesario para que esto suceda. Como los deportistas de alto rendimiento, los músicos deben de seguir un entrenamiento riguroso que va más allá de tomar el instrumento y tocar. Tomemos por ejemplo el caso de un corredor élite de maratones. El corredor élite cuida no sólo cada aspecto de su entrenamiento sino también de su vida para poder correr más eficientemente. Además de su entrenamiento diario, el corredor profesional se asegura de tener un buen descanso y, tan importante como todas las cuestiones técnicas, una buena alimentación. Imaginémonos por un momento a un deportista de alto rendimiento que no se alimente bien. En poco tiempo sus resultados se van a ver diezmados y su frustración va a incrementar. En el caso de la música, tener una “dieta musical” adecuada es fundamental para lograr resultados satisfactorios en el salón de práctica. Nos debemos rodear de un paisaje sonoro que nos ayude a mejorar la manera como tocamos. Cuando fallamos una nota o cuando un pasaje musical no nos sale bien, tenemos la tendencia a culpar directamente a algún asunto técnico “no use suficiente aire”, “no utilicé la digitación correcta”, “este intervalo siempre es difícil en mi instrumento”. De acuerdo con el trompetista norteamericano Keith Johnson en su libro "El Arte de Tocar Trompeta" (The Art of Trumpet Playing) “la mayoría de las dificultades al tocar se pueden rastrear hasta los requerimientos básicos de una buena escucha”. La mayoría de las veces, la respuesta a nuestros problemas con el instrumento es que simplemente no tenemos un concepto claro de cómo queremos sonar. Tener una buena dieta musical es el primer paso para resolver muchos de los problemas que contribuyen a que nuestras presentaciones en el escenario no salgan de la manera que queremos. Desafortunadamente, la mayoría de las clases de entrenamiento auditivo fallan miserablemente en la educación de nuestro oído. Si bien, escuchar intervalos, acordes, cantar y armonizar melodías es una parte importante de nuestro desarrollo como músicos, pienso que aprender a escuchar críticamente es la clave para sonar bien. Tener un concepto claro de cómo quieremos sonar en nuestro instrumento nos va a ayudar a comparar constantemente “cómo sueno realmente” vs “cómo quiero sonar” y, consecuentemente, cada sesión de práctica tendrá objetivos específicos dirigidos a igualar estos dos aspectos. Para construir un oído crítico es fundamental alimentar nuestros conceptos musicales cuando estamos en un salón de práctica. Es nuestro deber como músicos saber quiénes son los intérpretes más representativos de nuestros instrumentos y escucharlos constantemente. Esto nos ayudará a identificar las razones por las cuales son considerados importantes a la vez que nos ayudará a encontrar las características que consideramos importantes como intérpretes del instrumento en cuestión, esto es, nuestros valores musicales individuales. Nuestra dieta musical para el desarrollo del oído crítico debe consistir en una gran variedad de intérpretes, estilos, géneros y formatos. Personalmente, creo que escuchar grandes cantantes es fundamental para desarrollar conceptos sólidos de interpretación, después de todo, gran parte de nuestro repertorio como instrumentistas tiene como origen la imitación del canto de la voz humana. Escuchar grandes orquestas, grupos de cámara y recitales también debe de ser una prioridad para todo músico aspire a ser profesional. Asistir a tantos conciertos en vivo como sea posible contribuirá ostensiblemente al desarrollo de un oído crítico. Las grabaciones y videos son también una herramienta válida y disponible hoy más que nunca gracias a los grandes avances y la gran cobertura de la era digital. Mantener “hábitos sonoros” saludables es un requerimiento para la formación intelectual de los músicos aspirantes a ser profesionales. El desarrollo del oído crítico es imprescindible para mejorar la efectividad en el salón de práctica y nuestro desempeño musical como solistas y como parte de un ensamble. ¡Una dieta sonora saludable debe estar en la lista de nuestros propósitos para año nuevo! RECURSOS DISPONIBLES EN LINEA
![]() El tubista colombiano David López ha disfrutado de una prolífica carrera internacional ejecutando y enseñando tuba. David se desempeñó como tubista principal en la Orquesta Filarmónica de Medellín, Colombia. Actualmente, traduce para la Asociación Internacional de Tuba y Eufonios (ITEA) y enseña tuba en Lubbock, Texas, Estados Unidos. David es candidato a Doctor en Tuba en la Universidad Texas Tech, y tiene una Maestría en Interpretación en Tuba de la Universidad de North Texas y un pregrado en Traducción inglés, francés, español de la Universidad de Antioquia en Medellín, Colombia.
4 Comments
María Arratíbel
1/10/2014 05:54:25 am
Muy útiles tus reflexiones, incluso para los que, como yo, no tocamos la tuba...sino el oboe. Soy profesora y encuentro interesantes y prácticas no pocas de las cosas que te he leído últimamente. Gracias.
Reply
6/6/2014 01:25:07 am
Hola David,
Reply
Leave a Reply. |