"Pierdes el 100% de las oportunidades que no tomas"
Wayne Gretzky
![]() ¿Alguna vez has tenido un día duro (o un mes) y has comenzado a leer detenidamente los estados de Facebook de tus amigos y, momentos después, te has llenado de sentimientos de gratitud y de apreciación por la vida tan magnífica que tienes? No…probablemente no. Es fácil olvidar que lo que vemos en Facebook no es la imagen completa de la vida de nuestros amigos sino, en la mayoría de los casos, los mejores momentos. Entonces, aunque nos sentimos felices por ellos, también puede desencadenar sentimientos de envidia cuando ves que todos tienen un nuevo trabajo, una relación nueva o las comidas mas exquisitas mientras que tú estás sentado solo en el sofá, reflexionando sobre esa audición fallida al mismo tiempo que te comes una sopa de microondas. No es de extrañar entonces que se hable de la “Depresión de Facebook” (observa este video corto pero contundente). ¿Pero es Facebook tan malo para nosotros? O ¿puede existir algo positivo que podría ser beneficioso para el desarrollo de nuestras vidas y nuestras carreras? ¿Es real la depresión de Facebook? Un estudio reciente sugiere que Facebook no es el problema. En sí mismo, Facebook puede ser una distracción perfectamente saludable y una manera divertida de conectarse con amigos y familia. El problema es cuando comenzamos a pasar demasiado tiempo en Facebook, utilizándolo como una herramienta de comparación social, como una manera de evaluar cómo nos va en la vida con respecto a otros. De manera consciente o inconsciente, nos enfrentamos a fotos, videos y otros indicadores de las vidas aparentemente perfectas de los otros y esto puede conllevar a desarrollar sentimientos de depresión. Dos caras de la envidia La envidia suena como uno de esas emociones negativas que se come lentamente nuestra alma y nos convierte en versiones amargas, vacías y de desprecio de nosotros mismos. ¡Pero espera! La envidia siempre es mala. Hay dos clases de envidia –envidia productiva (envidia benigna) y envidia destructiva (envidia maligna) con la que estamos mas familiarizados. La envidia benigna usualmente está asociada con las acciones que están centradas en el mejoramiento propio mientras que la envidia maligna a menudo está asociada con las acciones para destruir al otro. Convenientemente, es probable que experimentemos envidia benigna cuando vemos que alguien tiene el éxito que consideramos que esa persona se merece. Si creemos que el éxito de alguien no es merecido, es probable que sintamos envidia maliciosa. Bien…renombrar la envidia con términos mas amables y moderados es interesante, pero la envidia de cualquier clase conlleva dolor emocional, lo cual no es muy bueno, ¿verdad? ¿Qué pasa con la admiración, por ejemplo? Usualmente es considerada como una emoción mucho más noble y saludable que la envidia. Y se supone que es la fuerza poderosa que nos puede inspirar y motivar a trabarjar más duro y mejor, ¿verdad? Investigadores en Holanda decidieron poner la admiración y las dos clases de envidia en una batalla a muerte y crearon una serie de estudios para ver cuál era la vencedora. Estudio #1: Motivación El primer estudio fue diseñado para observar simplemente si la envidia benigna lleva a una motivación más grande para mejorar las calificaciones comparada con la envidia maligna o la admiración. Se les pidió a diecisiete estudiantes de pregrado que describieran a alguien que sabían con certeza que era mejor en algo que ellos. Después procedieron a clasificar las respuestas de acuerdo al grado de envidia maligna, envidia benigna o admiración que tenían de dicha persona en una escala de 1 (ninguna) a 7 (mucha). Más tarde, en lo que ellos creyeron que era un estudio diferente, los estudiantes tuvieron que responder la siguiente pregunta: “Comparado con el semestre pasado, ¿cuántas horas más o menos planea usted estudiar en el semestre siguiente? Solo la envidia benigna estuvo relacionada con el incremento del número de horas que los estudiantes planeaban estudiar. ¡La envidia benigna primera en liderar! 1-0-0 Estudio #2: Desempeño En el siguiente estudio, los investigadores querían poner las cosas un poco más interesantes y ver si la envidia benigna seguía liderando en un cambio de comportamiento real. Tomaron 86 participantes y los asignaron aleatoriamente a grupos de envidia benigna, envidia maligna, admiración o a un grupo de control. Se le pidió a cada uno que recordara una experiencia de envía benigna, envidia maligna, admiración o ninguna (para el grupo de control) y que la clasificaran de acuerdo a cuán positivo o negativo sintieran el recuerdo (-3 para muy negativo a +3 para muy positivo). Un poco después, en el contexto de lo que ellos creían era un estudio diferente y no relacionado con el anterior, se les pidió que completaran un test de 18 puntos que se les presentó como “un instrumento importante para medir la creatividad y el liderazgo”. El grupo de la admiración tenía sentimientos muchos más positivos hacia la persona que recordaron en su experiencia (1.82) que los del grupo de la envidia benigna (-.86) y los del grupo de la envidia maligna (-1.24). Sin embargo, el grupo de la envidia benigna superó a los otros grupos con un promedio de 11.38 (de 18) vs. 9.82 del grupo de admiración, 8.48 del grupo de envidia maligna y 9.33 para el grupo de control. ¡La envidia benigna gana dos veces seguidas! 2-0-0 Estudio #3: Persistencia El tercer estudio llevo el segundo estudio un paso más allá y encontró qué los participantes en el grupo de la envidia benigna no solo obtuvieron puntajes más altos sino que persistieron más tiempo en la tarea asignada que los participantes de los otros grupos. Incluso si el tiempo que deberían gastar en la tarea fuese controlado, obtendrían puntajes mucho más altos que los otros grupos. Envidia benigna 3-0-0… Estudio #4: Mentalidad de Crecimiento vs. Mentalidad fija Puede que el estudio final sea el más intrigante en algunos aspectos. A la mitad de los participantes se les creó la idea de que el cambio y la mejoría son fáciles (mentalidad de crecimiento) mientras que a la otra mitad se les dijo que el cambio es difícil (mentalidad fija). (Esta es una muy buena lectura de mentalidad de crecimiento vs. Mentalidad fija, si esto suena familiar) A continuación, se les pidió que leyeran un artículo de periódico sobre un estudiante modelo ficticio quien se desempeñó muy bien en una competencia estudiantil y se les preguntó cuanta envidia benigna, envidia maligna o admiración sentían hacia ese estudiante. Después, se les preguntó cuánto tiempo extra planeaban estudiar en el siguiente semestre. Los resultados sugieren que cuando tenemos una mentalidad de crecimiento y nos encontramos con alguien más exitoso que nosotros, somos más propensos a experimentar envidia benigna que admiración (lo que conlleva a una motivación más grande para realizar el trabajo). Si, por otro lado, tenemos una mentalidad fija y creemos que no es posible mejorar, estamos más inclinados a sentir admiración y no experimentamos una motivación más grande para realizar el trabajo. ¿Entonces la envidia venció a la admiración? Los autores citan el filosofo Kierkegaard, quien una vez dijo “la admiración es un abandono feliz, la envidia, en cambio, no es más que una desgraciada reivindicación personal” y sugieren que mientras que la admiración se siente más positiva, el dolor emocional que se siente con la envidia benigna junto con la creencia de que somos capaces de cambiar hace mucho más probable que tomemos acciones y trabajemos por un futuro más brillante. Reaccione La próxima vez que experimente envidia, no se sienta mal por sentirse así. Puede que no sea la emoción más placentera, pero si es benigna ¡úsela! Haga uso de esa motivación para hacer el trabajo y dé un paso adelante. Vale la pena leer la investigación original – hay algunos detalles interesantes y cosas que considerar en la sección de la discusión. (Haga click para descargar) Para más información sobre Mentalidad de crecimiento vs. Mentalidad fija, tome este examen sobre mentalidad en linea y leas el libro. photo credit: Jealousy via photopin (license) ![]() Acerca del Dr. Noa Kageyama Psicólogo de la interpretación instrumental (Performance psychologist) alumno y profesor en Juilliard, Dr. Noa Kageyama le enseña a los músicos a tocar con su máximo potencial en situaciones de presión a través de casos reales, asesorías y cursos en línea. Dr. Kageyama vive en la ciudad de Nueva York, está casado con una pianist increible, tiene dos niños divertidos y tiene una leve obsesión con tecnología y los productos de Apple. Para más información visite: http://www.bulletproofmusician.com
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